Todos los datos podían ser importantes para mi investigación, así que la altura del árbol también la anoté: 9,2 metros. Y allí estaba yo, a esa altura, con los músculos agarrotados, balanceándome con el viento gélido tan frecuente en Olite, mientras me preguntaba quién me mandaba a mí hacer una tesis doctoral.
Cogí los cinco pollos de cernícalo, los metí en la mochila y bajé a la seguridad del suelo para trabajar con más calma. Había que pesarlos, medirlos y tomarles una muestra de sangre. Y después subirlos otra vez, claro. El mismo procedimiento lo repetiría luego con los otros 26 nidos que tenía controlados. No todos estaban en árboles, gracias a Dios. Al cernícalo le gusta también ocupar agujeros de edificios viejos, como corrales o casas en ruinas. Y eso abunda en Olite. A esos sitios es mucho más fácil subir, pero hay pulgas. Muchas pulgas. Y al parecer yo suponía un bocado exquisito para ellas. Sí, las primaveras de aquellos tres años se me hicieron un poco duras. Pero sólo un poco. Aunque al final no acabé la tesis, todo el tiempo que dediqué a recoger datos, revisar la bibliografía y seguir los cursos de doctorado fue mucho más productivo de lo que se podría pensar: El inacabado estudio de los cernícalos fue el verdadero comienzo de mi formación científica y divulgadora, y también la chispa que encendió el amor que me llevó hasta el matrimonio.
Si voy a dedicar un blog a la naturaleza, sin duda la mejor inauguración posible tenía que ser con el Cernícalo, el Guardián de los Cultivos.
Gracias querido Dani por las cosas que escribes, aunque la hagas en esos poquitos ratos que tus chicas te dejamos, lo que tiene aún más mérito. Recuerda lo que siempre te digo, cuando piensas que deberías dedicarle mucho más tiempo a esto, tiempo que en realidad no tienes, que todo esto es una preparación perfecta para tu futuro como naturalista y realizador de vídeos de animales. Ya verás cómo todo sacrificio tiene su recompensa.
ResponderEliminarPor Acueducto Azul he llegado aquí.
ResponderEliminarTu manera de escribir trasmite tus vivencias y haces que otros las vean a través de tus escritos.
Pasaré por tu blog para disfrutar de la naturaleza. Saludos.
Genial, Dani pero... abandona a los niños, termina la tesis, y dediquémonos de una vez a las aves. Estamos perdiendo tiempo. Abrazo.
ResponderEliminarQuerido Dani, muy bueno tu primer post, enhorabuena. Ojalá sea el primero de una larga lista. Vivan los cernícalos, viva la naturaleza, vivan los coordinadores.
ResponderEliminarLástima no haber podido ir a Telenatura a veros, ojalá el año que viene se pueda.
Recuerdos para tus chicas, son mejor inversión que cualquier ave.
Felicidades Dani! Muy buena inauguración.
ResponderEliminarRecuerdo un paseo que me diste por los corrales de los que hablas. Me enseñaste los nidos de cernícalo donde había algunos pollitos preciosos con el plumón blanco. Hicimos fotos y pasamos un gran día carrileando con tu cochazo de aquellos tiempos. Vimos una lechuza dormilona, y también muy de cerca a las pulgas! Fui mi primer contacto con ellas.
Guardo un grato recuerdo de aquello y espero que podamos repetir algín día, por supuesto cámara en mano. No sé si en el blog puedes colgar fotos y vídeos, pero estaría bien que colgaras el artículo que escribiste para NT sobre El guardián de los cultivos. Me encantaría releerlo y ver aquellas fotos.
Ánimo con el blog y un abrazo.
Edu
Acabo de llegar. Qué interesante!.
ResponderEliminarLeo los comentarios y te diría que no hagas caso a Carlos Cotelo en eso de "abandonar a los niños". Suena fatal. Apúntate a la conciliación que es de lo más emocionante.
Ánimo con el blog y a por otro post!!!