Esta pasada Navidad murió la hembra de la pareja de diamantes
mandarines, Taeniopygia guttata, que
teníamos en casa. Nos los regalaron hará unos cinco años y, aunque se llevaban
bien, no llegaron nunca a criar. A mediados de enero le compramos una esposa
nueva al viudo y ahora la cosa ha cambiado. Tras una primera puesta fallida, en
la que no sacaron adelante los dos polluelos que nacieron, realizaron una
segunda: cuatro huevos, de los cuales nacieron tres pajarillos que ya están
revoloteando por la jaula.
Los diamantes proceden de Australia. El macho es muy llamativo,
como podéis ver en la foto, y la hembra es más parecida a los pollos, salvo que
el pico es de color naranja. Normalmente suenan como una especie de trompetilla:
“pep-pep”, pero estos días, cuando
los pequeñajos reclaman su comida, la casa parece un mercadillo.
Hola, tuve una experiencia parecida por mucho tiempo no me daba crías le cambie de pareja como en tres oportunidades y fue la vencida ahora tienen muchas crias son un mundo los de raza diamante mandarin .
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