Estos pájaros son bastante confiados. Durante un paseo por la
orilla de la bahía de Txingudi pude acercarme, cámara en mano, hasta casi
tocarlos. Sólo había que ir despacito y en silencio, y pararse en cuanto
mostraran la menor inquietud. Pero cuando volví con el trípode y una silla, con la
intención de grabarlos en vídeo, ya no fue lo mismo. Tanto cacharro les escamaba
y mantenían una mayor distancia. Aún así me salí con la mía. Aquí tenéis el
resultado:
Hace 1 año
No hay comentarios:
Publicar un comentario