Las vistas desde Casa Matías
Muy cerca del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se encuentra el valle de Broto, donde pudimos pasar los últimos días del verano alquilando una casita rural muy acogedora y a muy buen precio. El pueblo, Buesa, estaba en fiestas, pero aún así la paz que se respiraba era embriagadora. Desde allí se pueden hacer multitud de excursiones y disfrutar de una naturaleza paradisíaca.
La fauna, menos abundante quizás que en otras zonas, tiene un encanto especial ya que podemos ver especies que no encontramos nunca en la zona donde vivimos. Personalmente, disfruté sobre todo con las zambullidas de los mirlos acuáticos, los chillidos de las marmotas vigilantes en el valle de al lado, el de Bujaruelo, y con el susto que nos dio un corzo al saltar a la carretera obligándonos a frenar en seco.
Volvimos con las pilas cargadas y con una firme decisión: repetiremos.
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